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Por décadas, el país de Enola y el país de Vileccia, han estado en constantes conflictos producto de una larga lista de errores entre ellos. Esto solo era un conflicto interno, sin ningún tipo de problema exterior que luego de años de discusiones exhaustivas, por fin se había llegado a un acuerdo de paz entre las dos naciones. Pero ni bien el tratado fue firmado, un atentado hacia la embajada de Vileccia llevo al país a tomar una decisión de último momento, la cual, dejaría una marca de dolor aun mayor que esta. Ambos países fueron a guerra, una Vileccia llena de vigor, fuerza, coraje, resentimientos y sobretodo, llena de una sed insaciable de venganza, apabullaban a una pobre Enola que se encontraba clavada con la espada en la pared, como si estuvieran encallados en un abismo oscuro.

Llegando al clímax de la batalla, y ya teniendo los resultados negativos a su merced, una luz de esperanza ilumino a las desbastadas filas de batalla Enolences. Los científicos de Enola habían desarrollado un “gen” especial producto de la investigación tratada acerca del verdadero potencial humano, llamándolo a este gen especial como “Genesis”. El cuerpo militar no permitió que se utilicen soldados para pruebas con esta vacuna recién desarrollada por lo que tuvieron que buscar nuevos “contenedores” para esta innovación biológica pero al hacer esto caerían en un lugar tan bajo que el mismísimo Lucifer atendía con regocijo. Ellos utilizaron como conejillos de indias a pacientes de un sanatorio de enfermedad mental para ser inyectados con el Genesis. Los resultados fueron perros de caza en versión humana, seres indoloros cual respuesta era un aullido ahogado en una rabia sin sentido, la fuerza de estos “Genesistas” eran fuera de lo real, tanto así que el gobierno de Vileccia tomo una decisión nuclear devastando el lugar con un poder de fuego caótico dejando un caudal de victimas más allá del entendimiento humano, ante tal hecho, ambas partes decidieron poner un fin a este acto monstruoso el cual llevaba al exterminio directo de ambas naciones para así poder algún día olvidar lo acontecido.

El tratado de paz no detuvo la curiosidad de los científicos Enolences quienes continuaron sus investigaciones del gen Genesis, evolucionándolo, mutándolo y hasta llegando a actos tan inhumanos que Jesús se arrepentía de haberse sacrificado por nosotros. Dos años después de la guerra, una rebelión masiva ocurrió dentro de los laboratorios generales de investigaciones biológicas lo que produjo que un 70% de los especímenes trataran de fugarse provocando la autodestrucción de este establecimiento, debido a que el Genesis era un químico inestable que no podía estar a las afueras sin ser controlado, terminando con las vidas de científicos y de aquellos que trataban de conseguir su libertad. Quince años más tarde, dentro de una ciudad llamada Shitsuna levantada de entre las cenizas de lo que antes era los laboratorios donde se cultivaba el Genesis, un ataque bioterrorista, utilizando de arma el tan nombrado gen, azotó cada calle y callejón de la ciudad introduciendo a los habitantes de Shitsuna a un destino oscuro. El gobierno ante tal acontecimiento y por prevención de que ocurra una catástrofe aun mayor que las ocurridas en Enola decidió utilizar a su fuerza militar más temible, los “Seeds”, creados a partir del proyecto del “súper soldado de evolución inhumana”, acortado con las siglas I.E.S.S (del ingles, “Inhuman Evolution Súper Soldier), para poder tomar control de la ciudad, misión que han tratado por años pero sin resultados.

Hoy en día, Hevingsdell se ha convertido en una ciudadela circular altamente fortificada donde las especies Genesistas y los Seeds conviven dentro de una lucha por el poder y la supervivencia.