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Examen Mensual
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Examen Mensual
La sala de entrenamiento estaba en silencio, solo salpicada por el ruido de las alarmas, que avisaban de la inmediata prueba que se iba a realizar.
Tras unos cristales, situados a varios metros por encima del campo de pruebas, y con una visión total de el. Varios hombres, alguno de ellos científicos, avisaron por megafonía del inicio.
De pie y con el equipo de entrenamiento. Moví el chasis de mis dedos, asegurándome su perfecto funcionamiento. Las pantallas inter-retinales me habían dado un aviso de un problema en mis prótesis, pero no cual era ni donde. Esperaba que no fuese algo grave como para volver a la sala de quirófanos. Esos matasanos solo conocían dos funciones: amputar y coser.
Espere a que las alarmas acabasen su infernal pitido, y escuchase la cuenta atrás para comenzar mi prueba.
... Tres ... Dos ... Uno... ¡COMIENZA!
Me moví agilmente, con la agilidad que podían proporcionarme mis piernas biomecánicas. Salte tras unos muros de contención buscando algo de cobertura. Escuche un ruido similar al de un motor pequeño en funcionamiento. Asome la cabeza, lo suficiente para mirar por el rabillo de los ojos, y contemplé a dos burdos robots, una base de cadenas que transportaban un palo y encima de este un maniquí con una forma vaga de humano, y donde debería tener sus brazos, tenía implementado un fusil ligero. Todo se remataba en un cráneo y unos sensores que pretendían ser sus ojos.
Buscando una posición favorable, realicé un salto, girando en el suelo y usando mi hombro como apoyo, me cubrí tras otro muro, este más bajo que el anterior.
Desenfunde la pistola de su cartuchera y espere a que hubieran avanzado para poder pillarlos por la espalda. Recordé que solo era un entrenamiento para ver si mis prótesis funcionaban como esperaban, y como había evolucionado mis habilidades con dicha adquisición.
Por lo que no me lo tome en serio y eso fue un craso error.
Cuando observe que ya los tenía a tiro, saque la mitad del cuerpo del muro y apunte hacia su cráneo. Pero no me percate hasta que fue tarde de otro robot que giró y me encañono por mi derecha.
Las balas silbaron a mi alrededor, y aunque reaccione a tiempo, saltando el muro y alejándome de su radio de amenaza, sentí como dos balas chocaban contra mi brazo, sintiendo el impulso y el golpe producido por las balas.
Aunque no eran balas de verdad, solo de entrenamiento no podía dejar que eso me influyera, ya que si esto hubiera sido un enfrentamiento ahora no tendría el brazo derecho.
Emití mi frustración en un insulto y no tarde en seguir moviéndome por el campo, siempre en busca de cobertura, y alejándome de los robots.
Pero no podía pasarme toda la eternidad así.
Calculé sus protocolos de movimiento, y tras unos encuentros infortunados logré ver un patrón en sus recorridos.
Aunque sus extremidades inferiores, las cadenas, no eran grandes y les permitían moverse por la totalidad del campo de entrenamiento, había ciertas zonas, por su estrechez, donde no podían girar y pasan de largo. Así que decidí usar esto para tenderles emboscadas.
Sutilmente me situé tras un muro que me proporcionaría la cobertura suficiente para que no me viese.
Espere hasta que paso de mi, momento que aproveche para salir y descargar cuatro balas en su cráneo. El arma replicó por toda la sala desperdigando los casquillos a mi alrededor.
El robot se desmoronó al instante pero sus dos hermanos, atraídos por el ruido de los disparos, me localizaron con sus sensores y comenzaron a disparar.
Agachándome tan rápido como pude, busque una salida entre ese mar de disparos, muros, cajas y robots.
Seguí saltando y girando de muro en muro, aprovechando estos resquicios para moverme lejos de su campo de sensores.
Me situé tras otro y asomando solo lo justo para encañonarle, descargue el cargador en otro robot. Aunque muchas silbaron a su alrededor, y otras rebotaron en sus cadenas, algunas alcanzaron su pecho y cabeza por lo que cayó imitando al primero.
Solo quedaba uno. Y ya había gastado uno de los dos cargadores que tenía.
- Tendré que atravesarlo de parte en parte - pensé en alto mientras guardaba la pistola y me preparaba para el asalto.
Me moví sintiendo como el robot seguía moviéndose, en alerta por mi dos incursiones anteriores. Sabía que si me lanzaba de lleno me cosería a disparos, y eso en un enfrentamiento con balas de verdad supondría caer muerto y lleno de metal. Más del que tenía.
Por lo que tuve que pensar en otro modo de que no me disparase y poder acercarme lo suficiente para clavar con una de mis hojas de Damocles.
Al final algo se me encendió y decidí probar suerte. Sería el todo o el nada.
Espere a que realizase sus movimientos. Aunque fueron unos minutos apenas, me parecieron más de los que eran en verdad. Finalmente me lance a ello. Cogiendo una caja de madera la lance directo hacia él. Alertado por la intrusión encañono y descargo su cargador en ella. Pero no se percató del cuerpo que aprovechando el punto ciego del suelo, había rodado por detrás de la caja y en unos segundos, desenfundo de sus antebrazos un par de hojas de acero que clavó en su pecho y atravesó de abajo a arriba, entrando por el mentón, su cráneo.
Aunque emitió unos movimientos espasmódicos el robot, finalmente, apagó sus sensores dando por finalizado el entrenamiento.
Retrayendo, las guardó de nuevo en sus fundas, situadas en sus antebrazos. Con un suave toque en su sien, sus cristales entintados se guardaron, dejando a la vista sus ojos.
Contempló el campo de pruebas y como había un pequeño falló en sus piernas. Cuando acabase y volviera a su hogar debía de investigar de que se trataba.
- ¿Ya está todo? ¿han aprobado su examen las prótesis que me dieron? - su tono no era el más amigable, pero era así siempre - si me necesitan estaré en la cafetería - con un tono cortante, frío. Se fue del campo de pruebas, sin ver la cara a los examinadores que habían seguido su entrenamiento desde las distancias.
Se sentó en el primer asiento que encontró, extendiendo sus piernas. Echó la cabeza hacia atrás y se frotó los ojos. A veces los implantes inter-retinales le daban problemas, pero nada que un reajuste no pudiera solucionar. Tras unos minutos sin hacer nada, se levantó y se acercó a una maquina expendedora de bebidas.
Selecciono un café y esperó a que la maquina procesara y emitiera su pedido...
Tras unos cristales, situados a varios metros por encima del campo de pruebas, y con una visión total de el. Varios hombres, alguno de ellos científicos, avisaron por megafonía del inicio.
De pie y con el equipo de entrenamiento. Moví el chasis de mis dedos, asegurándome su perfecto funcionamiento. Las pantallas inter-retinales me habían dado un aviso de un problema en mis prótesis, pero no cual era ni donde. Esperaba que no fuese algo grave como para volver a la sala de quirófanos. Esos matasanos solo conocían dos funciones: amputar y coser.
Espere a que las alarmas acabasen su infernal pitido, y escuchase la cuenta atrás para comenzar mi prueba.
... Tres ... Dos ... Uno... ¡COMIENZA!
Me moví agilmente, con la agilidad que podían proporcionarme mis piernas biomecánicas. Salte tras unos muros de contención buscando algo de cobertura. Escuche un ruido similar al de un motor pequeño en funcionamiento. Asome la cabeza, lo suficiente para mirar por el rabillo de los ojos, y contemplé a dos burdos robots, una base de cadenas que transportaban un palo y encima de este un maniquí con una forma vaga de humano, y donde debería tener sus brazos, tenía implementado un fusil ligero. Todo se remataba en un cráneo y unos sensores que pretendían ser sus ojos.
Buscando una posición favorable, realicé un salto, girando en el suelo y usando mi hombro como apoyo, me cubrí tras otro muro, este más bajo que el anterior.
Desenfunde la pistola de su cartuchera y espere a que hubieran avanzado para poder pillarlos por la espalda. Recordé que solo era un entrenamiento para ver si mis prótesis funcionaban como esperaban, y como había evolucionado mis habilidades con dicha adquisición.
Por lo que no me lo tome en serio y eso fue un craso error.
Cuando observe que ya los tenía a tiro, saque la mitad del cuerpo del muro y apunte hacia su cráneo. Pero no me percate hasta que fue tarde de otro robot que giró y me encañono por mi derecha.
Las balas silbaron a mi alrededor, y aunque reaccione a tiempo, saltando el muro y alejándome de su radio de amenaza, sentí como dos balas chocaban contra mi brazo, sintiendo el impulso y el golpe producido por las balas.
Aunque no eran balas de verdad, solo de entrenamiento no podía dejar que eso me influyera, ya que si esto hubiera sido un enfrentamiento ahora no tendría el brazo derecho.
Emití mi frustración en un insulto y no tarde en seguir moviéndome por el campo, siempre en busca de cobertura, y alejándome de los robots.
Pero no podía pasarme toda la eternidad así.
Calculé sus protocolos de movimiento, y tras unos encuentros infortunados logré ver un patrón en sus recorridos.
Aunque sus extremidades inferiores, las cadenas, no eran grandes y les permitían moverse por la totalidad del campo de entrenamiento, había ciertas zonas, por su estrechez, donde no podían girar y pasan de largo. Así que decidí usar esto para tenderles emboscadas.
Sutilmente me situé tras un muro que me proporcionaría la cobertura suficiente para que no me viese.
Espere hasta que paso de mi, momento que aproveche para salir y descargar cuatro balas en su cráneo. El arma replicó por toda la sala desperdigando los casquillos a mi alrededor.
El robot se desmoronó al instante pero sus dos hermanos, atraídos por el ruido de los disparos, me localizaron con sus sensores y comenzaron a disparar.
Agachándome tan rápido como pude, busque una salida entre ese mar de disparos, muros, cajas y robots.
Seguí saltando y girando de muro en muro, aprovechando estos resquicios para moverme lejos de su campo de sensores.
Me situé tras otro y asomando solo lo justo para encañonarle, descargue el cargador en otro robot. Aunque muchas silbaron a su alrededor, y otras rebotaron en sus cadenas, algunas alcanzaron su pecho y cabeza por lo que cayó imitando al primero.
Solo quedaba uno. Y ya había gastado uno de los dos cargadores que tenía.
- Tendré que atravesarlo de parte en parte - pensé en alto mientras guardaba la pistola y me preparaba para el asalto.
Me moví sintiendo como el robot seguía moviéndose, en alerta por mi dos incursiones anteriores. Sabía que si me lanzaba de lleno me cosería a disparos, y eso en un enfrentamiento con balas de verdad supondría caer muerto y lleno de metal. Más del que tenía.
Por lo que tuve que pensar en otro modo de que no me disparase y poder acercarme lo suficiente para clavar con una de mis hojas de Damocles.
Al final algo se me encendió y decidí probar suerte. Sería el todo o el nada.
Espere a que realizase sus movimientos. Aunque fueron unos minutos apenas, me parecieron más de los que eran en verdad. Finalmente me lance a ello. Cogiendo una caja de madera la lance directo hacia él. Alertado por la intrusión encañono y descargo su cargador en ella. Pero no se percató del cuerpo que aprovechando el punto ciego del suelo, había rodado por detrás de la caja y en unos segundos, desenfundo de sus antebrazos un par de hojas de acero que clavó en su pecho y atravesó de abajo a arriba, entrando por el mentón, su cráneo.
Aunque emitió unos movimientos espasmódicos el robot, finalmente, apagó sus sensores dando por finalizado el entrenamiento.
Retrayendo, las guardó de nuevo en sus fundas, situadas en sus antebrazos. Con un suave toque en su sien, sus cristales entintados se guardaron, dejando a la vista sus ojos.
Contempló el campo de pruebas y como había un pequeño falló en sus piernas. Cuando acabase y volviera a su hogar debía de investigar de que se trataba.
- ¿Ya está todo? ¿han aprobado su examen las prótesis que me dieron? - su tono no era el más amigable, pero era así siempre - si me necesitan estaré en la cafetería - con un tono cortante, frío. Se fue del campo de pruebas, sin ver la cara a los examinadores que habían seguido su entrenamiento desde las distancias.
Se sentó en el primer asiento que encontró, extendiendo sus piernas. Echó la cabeza hacia atrás y se frotó los ojos. A veces los implantes inter-retinales le daban problemas, pero nada que un reajuste no pudiera solucionar. Tras unos minutos sin hacer nada, se levantó y se acercó a una maquina expendedora de bebidas.
Selecciono un café y esperó a que la maquina procesara y emitiera su pedido...
John Willians- Mensajes : 19
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